martes, 5 de enero de 2010

El partido de las "Old Stars"


Desde hace unos años nos reunimos por Navidad los que antaño formábamos equipo de baloncesto en el colegio. Un partido contra chavales más jóvenes para rememorar viejos tiempos entre canastas y una posterior cena, son los dos actos que compartimos los que tantas horas pasamos juntos cuando éramos unos críos. El paso del tiempo inevitablemente nos va cambiando físicamente pero aún hoy me sorprende que la personalidad y la forma de ser de cada uno -a grandes rasgos- se mantiene inaltarable a lo largo de estos años. La esencia personal sigue ahí como el ADN. Esta "sorpresa" se me hizo más evidente la primera vez que acudí a esta cita navideña. Sentado en la mesa del restaurante escuchaba a unos y otros, y me recordaban realmente a los mismos con los que hablaba en el vestuario o tomaba una Coca-Cola -en casco de vidrio- al salir del entrenamiento. Su manera de opinar o posicionarse ante cualquier tema o situación respondía fielmente a "su papel" de siempre. Crecimos juntos y día a día vimos cómo nos formábamos como personas. Un conocimiento mutuo que además se complementaba con el del propio deporte. Saber cómo reaccionaba el compañero en un lance del juego lo aprendimos al mismo tiempo que acumulábamos experiencias durante esas etapas tempranas de nuestras vidas. Así que hoy es el día que nos seguimos reconociendo tanto sobre el parquet como alrededor de un mantel, bajo los pilares de la amistad, el compañerismo, el respeto y los buenos recuerdos. Casi nada. El año que viene más y mejor.

2 comentarios:

Mean Mr Mustard dijo...

Bonita tradición. Y sí, tienes razón, es curioso cómo los rasgos de la personalidad de cada uno se pueden ver desde la época del colegio, y desde la más tierna infancia.

Un saludo cordial

El Conde de MonteCristo dijo...

Todos cambiamos o evolucionamos...o no? quién sabe. Un saludo Mr Mustard