viernes, 21 de mayo de 2010

¿Dónde estabas tú en el 87?

Había oído anteriormente New Year's Day, Sunday Bloody Sunday y Pride de forma fugaz. No fue hasta que escuché por la radio With or Without You, Still Haven't found what i'm looking for y Where the streets have no name, cuando mi interés por la música dio un salto cualitativo. Compré mi primer vinilo, el recién publicado The Joshua Tree, y manifesté mi interés por acudir a mi primer concierto, el de U2 en el Santiago Bernabeú. Mi edad adolescente jugó en mi contra y me quedé sin ir pero ya nada sería igual. La espina me la sacaría un 14 de mayo de 1992 en el velódromo de Anoeta de Donosti.

Aquél verano no lo pasé en Haro (La Rioja) como todos los anteriores. Algo impensable hoy en día como la escasez de la oferta de pisos en alquiler, dio al traste con los planes estivales de la familia. Una putada. A pesar de haber aprobado en junio, tenía que pasar las vacaciones en Bilbao, porca miseria, recuerdo un verano aburrido y largo. Pero como no hay bien que por mal no venga, me sirvió para alimentar el gusanillo musical comprando revistas inglesas en la librería Cámara (calle euskalduna) y el Popular 1 con la crónica de mi concierto frustrado de U2 en Madrid.

Con el equipo de baloncesto, un año para recordar. Subcampeones en liga (frustrante porque la tuvimos en la mano) y campeones de Copa jugando la final en La Casilla con lo que eso suponía para unos tiernos adolescentes. Celebración posterior con cena en la Isla de loto (calle gran vía) y vueltilla por Ledesma de la mano de nuestro entrenador y sus amigos, todos ellos nos parecían increíblemente mayores, nos sacaban 4-5 años. Todo muy inocente, no recuerdo probar apenas gota de alcohol ni llegar a horas demasiado imprudentes. Este último año en la categoría cerramos una etapa de un lustro juntos ya que después nuestro equipo se disgregaría al mezclarse en dos con los de un curso superior.

Al comienzo del siguiente, me estrené en un directo. Volví a La Casilla pero esta vez no a meter triples sino a ver a The Cure. Fuímos unos cuantos de mi año. En Pozas bebiendo cervezas de trago, que aún me siguen sentando mal sólo de pensarlo. Ya dentro, comprobé por primera vez lo que era "pillar". Pillaron unos amigos con 2 chicas bermeanas que estaban junto a nosotros. Algo visto y no visto. Me quedé con una duda, si hubiese vencido mi timidez quizá uno de los elegidos hubiera sido yo, ya que parecía que a ellas les daba lo mismo quién fuera el afortunado. Y otro colega se pasó casi todo el concierto tumbado en la grada por culpa del terrible colocón que pilló fumando un montón de porros. Al día siguiente teníamos clase. La primera hora fue interminable, estaba hecho polvo. Era clase de euskera con una profesora que era la bollo del colegio, una chica joven que nos tenía a todos babeando. Aquella mañana las babas que dejamos en el pupitre no fueron producto del embelesamiento hacia ella sino de nuestro sueño. ¿No dicen que cuando eres joven aguantas todo? Una afirmación a revisar.

Ese fue mi 1987 en cuatro trazos. También coincidió que Zarama publicaba su segundo disco, Dena Ongi Dabil. Qué hacía entonces su cantante Roberto Moso al que ahora tengo el gusto de conocer y por aquél año era un auténtico desconocido para mí? Como si de una cadena se tratara, si tiene a bien, que nos lo cuente él mismo en su blog.

1 comentario:

Mean Mr Mustard dijo...

Bonitos recuerdos, Conde.

Yo en el 87 tenía 16 años, y también andaba loco por U2. Entre otras cosas, porque por aquel entonces descubría y disfrutaba de cosas tan diversas como The Clash, Pink Floyd, Police, y, cómo no, Ilegales (mira mi comentario en el post que has hecho sobre ellos).

Aquellos eran años de perseguir a chicas como locos, y acabar la mayoría de las veces sin chicas y con una borrachera que ni te cuento.

Como decían los mismos Ilegales:

Sábado sin chicas,
copas pegajosas,
como caramelos podridos.
¡Soy un borracho!

En fin, qué tiempos aquellos...