jueves, 6 de diciembre de 2007

Las llamadas un día 6

No descolgó su teléfono pero hacerlo no hubiera cambiado nada. Yo lo descolgué y me enteré de su llamada divina y esta no le daba elección. ¿Quién la espera en el adulto comienzo de la senda? Disidente del mundo exterior, de lo cotidiano y rutinario, fui pasando aturdido por el dolor de la ausencia.
Pensando que la muerte es una preocupación de vivos, como un Perogrullo del siglo XXI. Aprendiendo en una escuela a la que no quise acudir, la asignatura de la filosofía vital que nunca quise aprender.
Escalando un monte con una mochila llena por el peso sagrado de la sangre de mi sangre. Peleando en el ring personal contra la botella medio vacía.
No durmiendo con esas lágrimas goteando encima de mí.
Persiguiendo sombras de una hermana de ayer y de hoy.
Sujetando fuerte la memoria por el aro de la herradura como un verano que pasó que empiezo a echar de menos.
Deshaciendo nudos traidores y derribando los muros que me encerraban.
Respirando oxígeno olvidado que inspiraban mis recuperados pulmones.
Bebiendo la manzanilla curativa para el corazón de la jarra de lunares verdes.
Recordando que el 6 es igual a 365 y el ser en pasado puede ser presente, el himno de la alegría canto hoy y para siempre para tí hasta el fin del mundo.

No hay comentarios: