viernes, 21 de noviembre de 2008

Viernes por la tarde

El vestuario era una mezcla de vapor, sudor y olor a jabón. Terminado el entrenamiento, el equipo de fútbol del barrio se acicalaba con jolgorio. Un fin de semana por delante para disfrutar.
Todos esperaban el comienzo de su ritual. El guaperas macarrilla se preparaba para salir de caza. Con la toalla atada a la cintura, el rocoso defensa sacó su aro del neceser y mientras se lo acercaba a la oreja dijo riéndose frente al espejo:
-Viernes por la tarde, muda limpia, pendiente de guerra
y -alargando el final de la frase hasta el máximo- prepararos chicas que voy.
Las carcajadas se repitieron como siempre tras escuchar su sonora declaración de intenciones.
Poniéndose en silencio cada uno la camiseta con su número, fuera de la caseta esperaba el partido de liga de los domingos. El portero se acercó a hablar por última vez con sus defensas. Vio la cara del central con un ojo morado.
Justo cuando trataba de ocultarla agachando la barbilla, el guardameta le soltó:
-Vaya chupón tienes en el ojo.
Un leve empujón posterior del agraviado trató inútilmente de responder por su orgullo herido.

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