Un caníbal anda suelto
Recientemente he descubierto gracias a un documental el caso de un asesino que me ha dejado estupefacto. Pero más que el propio asesinato en sí, la perplejidad me la ha causado lo que pasó después.
Un japonés de nombre Issei Sagawa creció acomplejado por su fealdad, su baja estatura y su debilidad. En su niñez hubo un hecho que marcó definitivamente su futuro. Su tío solía jugar con él y su hermano metiéndoles en una cazuela como si fuera un caníbal. En el mismo documental se veían estos mismo juegos gracias a unas grabaciones caseras que aún conservaba. Cuando Sagawa fue cumpliendo años empezó a construir en su mente la mujer ideal. Su gusto se decantaba por la mujer occidental como muchas de las modelos que veía en los anuncios publicitarios. De personalidad retraída y tímida, era un chico inteligente pero tenía los complejos que había heredado de su infancia. Además de todo esto, empezó a tener impulsos caníbales hacia las mujeres, algo que en un principio le atormentaba.
A su barrio llegó una chica alemana que enseguida le fascinó. Imaginaba cómo sería el sabor de su carne y cómo podía culminar este deseo. Una noche se coló en su casa y esperó a que llegara. Mientras dormía él intentó matarla pero ella se despertó y al ser más alta y corpulenta consiguió retenerle. La policía le detuvo pero su padre, el presidente de una importante empresa, logró que le dejaran en libertad.
Años después se fue a estudiar a la Universidad de la Sorbona en París. Allí se vio en un paraíso rodeado de mujeres occidentales como con las que fantaseaba en su país. En su clase conoció a una chica llamada René Hartevelt. El no se relacionaba mucho con los demás estudiantes y René que era muy extrovertida enseguida le invitó a que se uniera a su grupo. La atracción que sentía por ella se plasmaba en sus pensamientos caníbales. Soñaba con morder su culo y comenzó a preparar un plan para saciar sus impulsos.
Un día de junio de 1981 invitó a su casa a René para que le ayudara con unos poemas en alemán ya que ella dominaba varios idiomas. Mientras estaba sentada leyendo de espaldas, le disparó con un rifle que había comprado. Tuvo relaciones sexuales con ella una vez muerta y posteriormente comenzó su ritual caníbal. En el documental el propio Sagawa cuenta cómo al cortar su nalga se sorprendió porque la carne roja no se encontraba en las primeras capas y tuvo que hurgar con sus propios dedos para conseguirla. Todo lo grabó, incluído el asesinato, en audio y video. Pasó 48 horas en su casa con el cuerpo hasta que lo metió en una maleta para deshacerse de él enterrándolo en un parque. Absolutamente espeluznante.
La policía le detuvo 5 días después del crimen. Pasó 1 año en la cárcel a la espera del informe de los psiquíatras forenses, que determinaron que se trataba de un enfermo mental, de un loco. Para llegar a esa misma conclusión yo hubiera tardado 1 minuto pero no soy psiquíatra forense. Como en Francia no se puede juzgar a un enfermo mental, no se celebró el juicio y se le recluyó en un hospital psiquiátrico. El abogado que había contratado el padre de Sagawa era una persona influyente en Francia y en el propio gobierno del país. Consiguió que le sacaran del hospital y que le repatriaran a Japón. Argumentó que no le parecía justo que los contribuyentes franceses sufragaran los gastos de su internamiento.
Nada más aterrizar en su país natal estuvo ingresado en otro hospital pero tan sólo permaneció 15 meses al no haberse establecido cuánto tiempo debía estar recluído. Las consecuencias para su familia de todo este proceso fueron de todo tipo. Su padre tuvo que dejar su puesto de trabajo. Su hermano tuvo asma debido a la ansiedad provocada y su madre se intentó suicidar.
No todo terminó con su liberación. Tal vez lo más bochornoso ocurrió después con la comercialización de su crimen. Sagawa escribió un libro relatando su execrable asesinato que fue éxito de ventas en Japón. Sería el primero de los 19 libros que ha escrito en total. Ha sido actor porno y también participa en conferencias y en programas de televisión, gozando de una popularidad que parece que ha disipado el verdadero y monstruoso origen del protagonista. Actualmente vive con una identidad falsa en un piso de protección oficial en un extrarradio de Tokio.
Un caso verdaderamente increíble a la vez que detestable. Un asesino confeso que no ha pagado por su delito y que además nunca ha demostrado ningún sentimiento de culpa sino todo lo contrario. Cada vez que ha narrado su crimen ha demostrado que se siente orgulloso de lo que hizo y que disfruta contándolo.
Inspirados en esta truculenta historia los Rolling Stones y los Stranglers compusieron las siguientes canciones:
La Folie (The Stranglers)
Too Much Blood (The Rolling Stones)
8 comentarios:
¡Hala! to el colacao a tomar por culo...
Buena re-entrada mister.
Y eso que no he puesto fotos escabrosas...que haberlas haylas si se busca por la red.
Pues no te lo pierdas… Nosotros (Isidoro y su colección de puertas plegables, se llamaba mi grupo) también teníamos una canción dedicada al hecho… Llena de inexactitudes, pero el caso es que el tema era esta noticia. Decía así:
"mi dulce gabaaacha, chinito ñam ñam!"
No, no la tengo garbada. Me acabo de acordar gracias a este blog. Me acuerdo de la melodía, así que cuando queráis os la canto. :D
Qué casualidad Alfonso. Memoria portentosa la tuya. Muy gracioso lo del ñam ñam por cierto.
Oye, pues ya la estás cantando.
LLevo todo el día cantándola, es muy pegadiza. Pero no esperes que me grabe y la cuelgue en Youtube. :P
Pues si no la cuelgas en youtube cómo la vamos a ir?..te recuerdo que te has comprometido públicamente en este blog. Textualmente has dicho: abro comillas, cuando queráis os la canto, cierro comillas.
Sólo me acuerdo de esa frase, que era el estribillo y se repetía cuatro veces… Bueno te pasaré la transcripción en un pentagrama y se la das a cantar a algún conocido que sepa sol-feo
Pues haz el favor please. Se la pasaré a algún conocido porque yo de sol-feo ni pa pa. A Roberto Moso, que feo es un rato el jodido jua jua jua (sin acritud Roberto)
Publicar un comentario