miércoles, 11 de marzo de 2009

¿Los Tiempos Cambian? (2ª Parte)

...Tal vez estas actitudes de rechazar inicialmente algo que se sale un poco de lo que cada uno considera como "clásico" o "habitual" son tan viejas como la humanidad. En esa época, a principios de la última década del siglo pasado, el acceso a la música no era tan accesible como hoy en día. Era una etapa de transición entre el vinilo y el formato CD que ya se empezaba a implantar. Si no comprabas el disco de turno o tu círculo de amistades no te lo grababa en una cassette, era complicado oir todo lo que uno deseaba. Así que sin temor a equivocarme, la gran mayoría que denostaron ese disco escucharon como mucho el single de presentación por la radio. Vamos, que es lo mismo que si por 2 páginas decimos que un libro es una mierda. Y en este caso ni esas 2 páginas lo eran, ni mucho menos.

A mi también me sorprendió ese primer sencillo, no lo voy a negar. No se parecía nada a lo que estaba acostumbrado. Además no cumplía un patrón muy radiable y por tanto no era accesible para un consumo rápido. Pasado ese shock inicial e intentando liberarme de unos prejuicios que, quien más quien menos, todos tenemos, la tonada me iba entrando. Mi economía estudiantil, como es fácil de imaginar, era precaria y obligatoriamente tenía que hilar muy fino en mis gastos. Cuando me decidía a comprar un álbum tenía que adoptar el papel de un departamento de riesgos de un banco y hacer una estimación real para saber si la mayoría de sus canciones me iban a gustar y así no dilapidar mi escaso capital con una decisión errónea. Para mí el grupo era una apuesta segura hasta entonces y dí el visto bueno a la operación.

Recordar ahora con detalle esos momentos además de difícil es imposible pero no falto a la verdad si digo que al escucharlo por primera vez me dejó sorprendido y expectante a la vez. En cada corte la guitarra sonaba diferente y los ritmos no tenían nada que ver entre sí. Cualquier parecido con el pasado no existía. Incluso la portada se adaptaba a esta nueva corriente.

No me acuerdo con exactitud pero seguramente un sector de la crítica hispana tenía el mismo sentimiento reacio al cambio que los duros de mollera a los que me refería antes. Ya sabemos que aquí el poner a parir a diestro y siniestro y la envidia son deportes nacionales. Otros por iniciativa propia o, vete tú a saber si por contagio por las buenas críticas de la prensa internacional, alabaron el giro hacia un nuevo sonido de la banda. Cuando ya han pasado 18 años no sé si queda alguno que sostenga lo mismo que dijo antaño. Si finalmente se decidieron a oirlo, tal vez ahora su mollera se haya ablandado por convencimiento o por no contradecir la opinión mayoritaria, quién sabe. Y es que lo que se encontrarían al escucharlo no sería música de baile sino, como dijo el grupo en su momento, el sonido de 4 tíos talando el árbol de Josué.


Continuará...

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