martes, 9 de septiembre de 2008

Insoportable (basado en hechos reales): cap. I - El Ruido

Inicio una serie de entradas con aspectos que no soporto. La lista puede ser infinita pero tampoco hay por qué terminarla. Espero vuestras opiniones al respecto, que seguro que aportan una mayor dimensión a cada tema.

Este primer capítulo se lo voy a dedicar al ruido, al puto ruido. Y en concreto al que emiten las personas, esa palabra que si va seguida de "humanas" sería una redundancia y en otros casos un halago.

Estas vacaciones he podido constatar que no aguanto a la gente maleducada. Así de rotundo suena y así lo digo. Bueno, en general no aguanto la mala educación. Y es que no todos tenemos la misma ni nos regimos con una lógica común.

Imaginemos por un instante una situación habitual en verano. Uno se encuentra cómodamente ubicado en la playa. Tumbado al sol, disfrutando de la brisa marina, descansando la mente y viendo el bonito paisaje. Pero este humilde edén se ve acechado por momentos. Un escuadrón de la muerte llega como si hubiera desembarcado en Normandía. A pesar de que la playa es extensa y hay espacio en muchos kilómetros a la redonda, una trouppe con varias generaciones en su seno, aborda e invade el límite racional de una paz playera. El "Bailar Pegados" de Sergio Dalma lo clavarían a la primera, pienso mientras me cago en su puta madre. En cuestión de segundos, me veo rodeado a escasos centímetros por sus armas invasoras. Toallas, sombrillas, neveras, tumbonas, colchonetas...Los tuppers saltan y las latas vuelan de un lado a otro. Conversaciones cruzadas entre sus miembros que ni el mayor experto de la CIA podría descifrar. Intimidades exhibidas a grito pelao sin recato ni pudor alguno. Voces que si fueran la música de un pub, se precintarían por el nivel de decibelios que emiten. Agotado anímicamente por tal atropello, miro el cuchillo que han dejado apartado en la arena y tomo la decisión que me pide el cuerpo. Me levanto, agarro el cuchillo con fuerza y me acerco lentamente por detrás hacia el patriarca del clan. Justo cuando se da la vuelta, se lo doy con una mueca forzada y me voy. Recojo mis bártulos y me alejo tanto como oigo que disminuye su griterío.

En verano como sabéis, también he estado en Estocolmo. Una de las cosas que me llamaron la atención es que por la calle o en los bares la gente habla en un tono normal y por tanto no tiene que gritar para hacerse oir. Ya sé que podemos decir que son más fríos y distantes, y no tan vehementes ni efusivos al relacionarse. Pero aquí por qué hay que vocear tanto? ¿Por qué en un bar apenas se puede seguir una conversación aunque no haya música? ¿Por qué se radian con amplificador las conversaciones por teléfono? ¿Por qué la gente no para de interrumpirse y no hay dios que se entienda?

11 comentarios:

Javier Vizcaíno dijo...

Me temo que es un asunto sin remedio. Y encima, vamos perdiendo oido, lo que hace que gritemos más...

El Conde de MonteCristo dijo...

Es como una seña de identidad más. Y coincido en el pesimismo futuro, y es que desde hace ya bastante siglos cada país, pueblo, etc es como es.

Raúl dijo...

Mmmm... ahora que lo dices es verdad, de eso hablé hace unos meses con un colega que venía de estar un año en Copenhage (no sé cómo se escribe, perdón) y nos contaba las diferencias a ese respecto. No sé, yo caigo tanto en la mala educación como en la buena, por eso no soy el más adecuado para quejarme de eso. Me gusta la buena educación, soy el típico vecino educado, uso las fórmulas de cortesía típicas siempre, etc... pero cuando me da por hacer el gamberro no pienso en si puedo molestar o no, quizás tenga dos caras.. o dos momentos distintos, no sé. Pero bueno, ego-tonterías aparte, lo que no hago y encima más me molesta es lo que has puesto al final: ''interrumpirse''. Podría decir que odio las interrupciones, generan conversaciones que parecen ataques de bombardeo, a ver quién consigue soltar la frase más larga, me cabreo sólo de pensarlo, hay quien no sabe escuchar...

Tu entrada de opinión personal me ha servido para pensar un segundillo que otras costumbres que a mi no me molestan tanto sí que pueden molestar a los demás. Así de sencillo, clase de educación básica y elemental. Volvemos a la EGB jeje

Saludos!

El Conde de MonteCristo dijo...

Bueno, todos hemos sido (o somos) maleducados alguna vez Julián, no te preocupes por tu dualidad (risas). Con mi escrito quería criticar a esas personas que son maleducadas y que no tienen en cuenta a los demás. Y lo peor de todo, que ni se les pasa por la cabeza que su conducta molesta.

saludos a tutiplén

Anónimo dijo...

querido conde!!yo que ultimamente me da por intentar simplificar todo,(clave leider) llego a la conclusion de que tan solo es una falta de educacion sin mas lo que pasa es que es generacional y esos padres palurdos tendran palurditos que de mayor seran palurdazos y asi generacion tras generacion hasta el infinito y mas alla.Como dije una vez yo no soy clasista, pero al final me hacen serlo

El Conde de MonteCristo dijo...

Hombre, intuyo por la clave que das quién está detrás del anónimo (Txur-Lee). Rota tu virginidad como comentarista de blogs, a partir de ahora el chorreo seguro que será más contínuo. No te cortes.
Yo también soy clasista, distingo entre educados y maleducados, o respetuosos e irrespetuosos.

Vete reservando el spa que tanto curro te va matar io puta

saludos

ane dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ane dijo...

Queridos anonimo y Condemorrrr,que clase teneis! Vuestras palabras denotan que provenis de familia de rancio abolengo. Lo que no entiendo es por qué llegais al punto de acercaros al ruido...¿es que acaso los clasistas no tienen espacios especificos?(stop, playa clasista)
Ah! entiendo...es que puede que en ellos haya otro tipo de ruidos...más molestos quizás....

El Conde de MonteCristo dijo...

Querida Ane, me alegro (sin retintín) que te hayas animado a publicar (y no borrar) tu comentario. Desde tu jardín privado y salón de té (con esa mala leche un salón de té?) nos has hecho esta crítica?
Por si no ha quedado claro mi anterior comentario, soy clasista pero no de castas sociales ni económicas, sino educacionales o cívicas.

El gusanillo de escribir comentarios corre por tus venas, lo presiento.

saludos y deshoja bien la margarita (junta culata sí, junta culata no)

ane dijo...

perdonadme conde...juraria que vuestra merced posee titulo nobiliario...que no inmobiliario.
que lapsus.

El Conde de MonteCristo dijo...

Bueno, mi título es comprado y autoelegido como tantos otros. Eso sí, soy noble pero no de título jua jua